Actualmente, existe una falta de consenso sobre qué define el entrenamiento de fuerza en el entorno del cáncer y si los estudios actuales cumplen con las pautas de ejercicio establecidas.
Recientemente se ha publicado una revisión (Rosenberg y col, 2021; J Strength Cond Res 1.may; doi: 10.1519/JSC.0000000000003996) cuyo objetivo fue cuantificar los estudios de investigación disponibles que utilizaron intervenciones de ejercicio con entrenamiento de fuerza en el entorno del cáncer de mama para la utilización futura de ensayos clínicos.
Se revisaron sistemáticamente todos los estudios de ejercicios de fuerza disponibles durante y después del tratamiento del cáncer de mama en un intento de cuantificar la dosis prescrita y si los regímenes se alineaban con las pautas generales de ejercicio para mejorar la movilidad funcional, la composición corporal y la función metabólica. Luego se compararon con las recomendaciones establecidas por los comités nacionales que crean pautas de ejercicio basadas en evidencia. Cincuenta estudios cumplieron los criterios iniciales y 35 cumplieron los criterios de análisis para la evaluación. Quince estudios evaluaron un régimen de ejercicio durante el tratamiento del cáncer y 20 evaluaron un régimen después del tratamiento.
Los resultados mostraron que las tasas de cumplimiento promedio fueron del 84% para todos los estudios. Solo 23 estudios enumeraron ejercicios específicos utilizados dentro del protocolo. La mayoría de los regímenes de ejercicios de fuerza se basaron en movimientos de cadena abierta y ejercicios con máquinas. Aproximadamente la mitad de los estudios cumplieron con los criterios para lograr la hipertrofia y el 66% cumplió con las pautas de ejercicio del American College of Sports Medicine para pacientes con cáncer. Una minoría de estudios sobre el cáncer de mama que implementaron un régimen de ejercicios de entrenamiento de fuerza prescribió un régimen o dosis específica que sigue las pautas generales de ejercicio.
Los autores sugieren que este estudio destaca una deficiencia potencial en los programas de ejercicio diseñados para pacientes con cáncer de mama. Estos hallazgos deben tenerse en cuenta en el diseño de estudios futuros.
El entrenamiento de fuerza en su aplicación en la clínica se ha estado aplicando en la mayoría de los procesos de rehabilitación desde hace décadas. Que esa aplicación no siempre haya estado presidida por una estructura de entrenamiento idónea es otra discusión. Las posibles deficiencias poco a poco se han ido subsanando por el mayor conocimiento de la fisiología por parte de los clínicos y rehabilitadores, llegando a la actualidad en la que se han alcanzado altos niveles de eficacia y seguridad en la aplicación de protocolos de fuerza en los pacientes. Seguramente, ahora hay que progresar en la aplicación de programas de fuerza en patologías crónicas, como el cáncer, así como en la preparación de intervenciones quirúrgicas (pre-habilitación)