Efectos del entrenamiento de fuerza sobre la presión arterial

La hipertensión arterial (HTA) afecta a una parte importante de la población mundial causando millones de muertes. El ejercicio físico es una alternativa o un complemento a los tratamientos farmacológicos utilizados habitualmente para tratar la HTA.

Estudio donde comparar los efectos de diferentes tipos de entrenamiento de fuerza sobre la presión arterial y análisis de otras variables implicadas

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Oliver-Martínez PA y col, 2020; J Hypertens 7-may; doi: 10.1097/HJH.0000000000002459) cuyo principal objetivo fue comparar los efectos de diferentes tipos de entrenamiento de fuerza sobre la presión arterial, así como analizar varias variables que pueden modificar los efectos del entrenamiento de fuerza no combinado con medicación.

Los resultados mostraron un descenso significativo de la presión arterial en todas las modalidades de entrenamiento.

El efecto sobre la presión arterial sistólica (PAS) fue mayor cuando el entrenamiento sin medicación se realizó con ejercicios isométricos que cuando se utilizaron ejercicios dinámicos. Además, los efectos ya no fueron significativos cuando la duración del programa de entrenamiento superó las 20 semanas, así como cuando se realizó con una frecuencia inferior a tres veces por semana.

En conclusión, el entrenamiento de fuerza es efectivo para reducir ambas presiones sanguíneas (sistólica y diastólica).

Los programas de entrenamiento, que consisten en entrenamiento de fuerza dinámico sin medicación a una intensidad moderada y con una frecuencia de tres veces por semana, parecen ser óptimos para reducir la presión arterial.

Conclusión

Los programas de entrenamiento, que consisten en entrenamiento de fuerza dinámico sin medicación a una intensidad moderada y con una frecuencia de tres veces por semana, parecen ser óptimos para reducir la presión arterial

Opinión

El entrenamiento de fuerza ha ganado protagonismo en los últimos años como alternativa al tradicional ejercicio aeróbico en el tratamiento de muchas patologías, incluida la hipertensión arterial.

La dosificación del ejercicio y las indicaciones han de ser precisas si es que queremos utilizar el ejercicio como herramienta terapéutica. El clínico ha de precisar si existe alguna contraindicación al ejercicio, antes de iniciar un programa de ejercicio terapéutico.

José López Chicharro 

Palabras clave: hipertensión arterial, ejercicio de fuerza, ejercicio terapéutico, presión arterial