El tratamiento de la hipertensión y sus complicaciones sigue siendo un importante desafío sanitario. Alrededor del 25% de los ataques cardíacos en Europa ya se atribuyen a la hipertensión y en 2025 hasta el 60% de la población tendrá hipertensión. La inactividad física ha contribuido al aumento de la prevalencia de la hipertensión, pero los pacientes que hacen ejercicio o realizan actividad física reducen el riesgo de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y mortalidad cardiovascular. Por lo tanto, las pautas internacionales actuales sobre la prevención de enfermedades cardiovasculares brindan consejos genéricos para aumentar la actividad aeróbica, pero las respuestas fisiológicas difieren con el nivel de presión arterial (PA), y se pueden lograr mayores reducciones de la PA en una población con un asesoramiento más personalizado.

Recientemente se han publicado los resultados de una revisión sistemática (Hanssen y col, 2021; Eur J Prev Cardiol 24.mar; doi: 10.1093/eurjpc/zwaa141) para determinar si hay evidencia suficiente para un documento de consenso científico que informara cómo la prescripción de ejercicio podría personalizarse para el control de la PA.

Los autores sugieren que el ejercicio aeróbico está recomendado en pacientes con hipertensión arterial con una reducción esperada en el rango de -4,9 a -12 mmHg en la presión arterial sistólica, y de -3,4 a -5,8 mmHg en la presión arterial diastólica. En pacientes con presión arterial normal/alta el entrenamiento dinámico de fuerza puede aplicarse con una reducción de presión arterial esperada en el rango de -3,0 a -4,7 mmHg en la presión arterial sistólica y de -3,2 a -3,8 mmHg en la diastólica. En personas con presión arterial normal pero con factores de riesgo elevados para desarrollar hipertensión el entrenamiento isométrico de fuerza puede aplicarse con una expectativa de reducción de la presión arterial de -5,4 a -8,3 mmHg en la presión arterial sistólica y de -1,9 a -3,1 mmHg en la diastólica.

Hay suficiente evidencia de que el ejercicio aeróbico es un tratamiento útil y eficaz para disminuir la presión arterial en pacientes con hipertensión y presión normal/alta, así como en personas normotensas. El ejercicio combinado (aeróbico y fuerza) y el ejercicio de fuerza también han mostrado su utilidad en la reducción de los valores de presión arterial en hipertensos, pero su aplicación ha de ser individualizada.