La estimulación eléctrica neuromuscular (NMES) que implica la aplicación de bajas frecuencia sub-tetánicas y altas frecuencias tetánicas, constituye una alternativa potencial al ejercicio convencional en rehabilitación relacionada con el cáncer. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (O’Connor y col, 2020; Support Care Cancer 16-mar; doi: 10.1007/s00520-020-05394-0) cuyo objetivo fue determinar la seguridad y fiabilidad de aplicación de NMES, así como la evaluación de cambios funcionales y de calidad de vida en pacientes con cáncer avanzado y poca capacidad funcional. Participaron 18 pacientes con una intervención de 4 semanas. Se valoró antes y después la capacidad funcional mediante el test de 6 min caminando (6MWT), resistencia muscular mediante el test de sit-to-stand (30STS) y calidad de vida. Los resultados mostraron que 10 de los 18 pacientes completaron la intervención. No se observaron efectos adversos. Siete de 8 participantes mejoraron el rendimiento en 6MWT, y 8 de 10 mejoraron el 30STS. También 8 de 10 mejoraron la calidad de vida. Los autores sugieren que la estimulación eléctrica neuromuscular es segura y eficaz en pacientes con cáncer avanzado, mejorando su capacidad funcional y la calidad de vida.
Muchos pacientes no son capaces de seguir un programa de ejercicio por su estado funcional, y otros simplemente se niegan a intentar los planes. Para ellos, una alternativa segura y de efectos probados es la aplicación de estimulación eléctrica neuromuscular. Los fisioterapeutas deben definir los protocolos más adecuados a cada paciente, individualizándolos en la medida de lo posible, y respetando siempre la seguridad del paciente.