La evidencia actual sugiere que el entrenamiento con ejercicios en intervalos (IET) y el entrenamiento con ejercicios continuos (CET) producen beneficios comparables en la capacidad de ejercicio, la aptitud cardiorrespiratoria y los síntomas en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Sin embargo, los efectos de estas modalidades solo se han revisado en pacientes con EPOC.

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Alexiou y col, 2021; Chron Respir Dis 18:14799731211041506; doi: 10.1177/14799731211041506) cuyo objetivo fue comparar la eficacia del IET frente al CET sobre la capacidad de ejercicio, la aptitud cardiorrespiratoria y los síntomas de esfuerzo en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas (ERC).

Se incluyeron trece ensayos controlados aleatorios (530 pacientes con ERC). Once estudios involucraron n = 446 pacientes con EPOC, uno involucró n = 24 pacientes con fibrosis quística (FQ) y uno n = 60 candidatos a trasplante de pulmón (TH).

Los resultados mostraron que el IET dio como resultado mayores mejoras en la tasa de trabajo pico (Wpico) (2,40 W, IC del 95%: 0,83 a 3,97 W; p = 0,003) y menor disnea inducida por el ejercicio (-0,47, IC del 95%: -0,86 a 0,09; p = 0,02) en comparación con CET; sin embargo, estas mejoras no excedieron la diferencia mínima importante para estos resultados. No se encontraron diferencias significativas en los valores máximos de consumo de oxígeno (VO2pico), frecuencia cardíaca (FCpico), ventilación pulmonar pico (VEpico), umbral de lactato (LAT) y molestias en las piernas entre las intervenciones.

Los autores concluyeron que el ejercicio interválico es superior al ejercicio continuo en la mejora de la capacidad de ejercicio y la sensación de disnea inducida por el ejercicio en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas; sin embargo, el alcance del beneficio clínico no se considera clínicamente significativo.