El entrenamiento de los músculos inspiratorios ha mostrado su eficacia en la mejora funcional de pacientes con insuficiencia cardiaca, igual que antes lo había hecho el entrenamiento aeróbico y el de fuerza.

Recientemente se han publicado los resultados de un ensayo clínico aleatorizado ARISTOS-HF (Laoutaris y col, 2020; Eur J Prev Cardiol 2-dic; doi: 10.1093/eurjpc/zwaa091) que evaluó si el entrenamiento aeróbico combinado (AT) / entrenamiento de fuerza (RT) / entrenamiento de los músculos inspiratorios (IMT) (ARIS) es superior al AT / RT, AT / IMT o AT en la mejora de la capacidad aeróbica, dimensiones del ventrículo izquierdo y resultados funcionales secundarios.

Participaron 88 pacientes de la New York Heart Association II-III, fracción de eyección del ventrículo izquierdo ≤ 35%, y que fueron aleatorizados a un grupo de ARIS, AT / RT, AT / IMT o AT, haciendo ejercicio 3 veces por semana, 180 min. / semana durante 12 semanas. Antes y después del entrenamiento, se evaluó el VO2max en prueba de esfuerzo, las dimensiones del ventrículo izquierdo mediante ecocardiografía, la distancia con la prueba de caminata de 6 min (6MWT), la calidad de vida con el cuestionario Minnesota Living with HF Questionnaire (MLwHFQ).

Los resultados mostraron que el análisis entre grupos mostró una tendencia a un aumento del VO2 pico (ml / kg / min) en el grupo ARIS [ARIS frente a AT / RT 1,71 (0,163-3,25), frente a AT / IMT, y frente a AT. Beneficios adicionales en la potencia circulatoria (ml / kg / min⋅mmHg) [ARIS frente a AT / RT, frente a AT / IMT, frente a AT, diámetro telesistólico del ventrículo izquierdo (mm) [ARIS frente a AT / RT , frente a AT, 6MWT (m) [ARIS frente a AT / IMT  vs. AT , MLwHFQ [ARIS frente a AT / RT , frente a AT , y en la puntuación PPS.

Los autores concluyeron que se recomienda el entrenamiento combinado de fuerza, aeróbico y de músculos inspiratorios en pacientes con insuficiencia cardiaca grado II-III.

En mi opinión, la recomendación clínica de incluir el entrenamiento de los músculos inspiratorios en los programas de rehabilitación cardiaca es muy consistente. La evidencia muestra con fuerza como esta modalidad complementaria de entrenamiento beneficia a estos pacientes, tanto en capacidad funcional, como en calidad de vida y en pronóstico de la enfermedad.