El entrenamiento hipóxico es generalmente útil para mejorar el rendimiento en atletas. Hoy en día, la intervención con ejercicio en la hipoxia es reconocida como una nueva modalidad terapéutica para la promoción de la salud y la prevención o tratamiento de enfermedades basada en la menor mortalidad y prevalencia de las personas que viven en entornos de gran altitud que las que viven en entornos de baja altitud. Recientemente, se ha propuesto el entrenamiento de fuerza en hipoxia (RTH), una nueva modalidad terapéutica que combina hipoxia y ejercicio de fuerza, para mejorar la hipertrofia y la función musculares. Se sabe que la RTH induce un mayor tamaño muscular, masa magra, aumento de la fuerza y resistencia muscular, función corporal y angiogénesis de los músculos esqueléticos que el ejercicio de resistencia tradicional.
Recientemente se han publicado los resultados de una revisión (Jung y col, 2021; Life (Basel) 11:106; doi: 10.3390/life11020106) cuyo objetivo fue examinar aspectos clínicos y fisiológicos de los efectos del RTH sobre la sarcopenia.
Sin embargo, pocas investigaciones han examinado los efectos combinados del estrés hipóxico y el ejercicio de fuerza y, como tal, es difícil hacer recomendaciones para implementar programas universales de RTH para la sarcopenia basados en el estado de conocimiento actual. También se debe reconocer que una serie de mecanismos propuestos para facilitar la respuesta aumentada a la RTH siguen siendo poco conocidos, en particular el papel de las vías de señalización metabólica, hormonal e intracelular. Se recomienda realizar más estudios de intervención de RTH que consideren varios parámetros de ejercicio (por ejemplo, carga, tiempo de recuperación entre series, dosis hipóxica y período de intervención) para reforzar el conocimiento sobre los procesos de adaptación y los efectos de este tipo de entrenamiento de fuerza para la sarcopenia en personas mayores.
En mi opinión, aún es pronto para recomendar a la población de edad avanzada afectada de sarcopenia entrenamientos de fuerza en ambiente hipóxico. Aunque existe una justificación fisiológica que indica una posibilidad real de alcanzar adaptaciones clínicamente defendibles aplicando esta modalidad de entrenamiento, faltan aún ensayos clínicos que aseguren no solo la eficacia, sino también la seguridad para los pacientes.