El entrenamiento físico tiene efectos beneficiosos en varios aspectos de la salud.

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Amiri y col, 2021; Sleep Med 26-may; doi: 10.1016/j.sleep.2021.05.013) cuyo objetivo fue investigar el efecto del entrenamiento en la mejora de los trastornos del sueño mediante una revisión sistemática y un metanálisis de ensayos controlados aleatorios.

Se incluyeron un total de 32 estudios en el metanálisis.

Los resultados mostraron que el ejercicio es eficaz para mejorar la calidad del sueño (DME = -0,85 y el intervalo de confianza (IC) fue -1,16-0,54; P <0,001). El entrenamiento mejora el insomnio (DME = -0,87 e IC fue -1,68-0,06; P = 0,036), la somnolencia (DME = -0,38 e IC fue -0,68-0,07; P = 0,016), la apnea obstructiva del sueño (DME = -0,40 e IC fue -0,67-0,14; P = 0,003) y el síndrome de piernas inquietas (DME = – 1,02 y el IC fue -1,56-0,49; P <0,001).

Los autores concluyeron que el ejercicio tiene efectos beneficiosos sobre una variedad de alteraciones del sueño y, por lo tanto, se puede decir que proporciona las condiciones necesarias para que el entrenamiento puede jugar un papel importante en la promoción de la salud, especialmente porque este tipo de intervención es una intervención no farmacológica.