La rigidez arterial (arterial stiffness) se ha mostrado como un marcador subclínico asociado a enfermedad cardiovascular. Se ha constatado que, a largo plazo, el ejercicio reduce la rigidez arterial, y con ello desciende un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los efectos agudos del ejercicio sobre la rigidez arterial no están claros.
Recientemente se ha publicado una revisión sistemática y un metaanálisis (Saz-lara y col, 2021; J Clin Med 14-ene; doi: 10.3390/jcm10020291) cuyo objetivo fue valorar los efectos agudos de la intervención con ejercicio sobre la rigidez arterial en adultos sanos.
Selección estudios. La velocidad de la onda de pulso fue medida como un indicador de rigidez arterial. Se incluyeron 30 estudios en el metaanálisis.
Los resultados mostraron que la velocidad de la onda de pulso no fue modificada inmediatamente después del ejercicio, pero si disminuyó a los 30 min después de finalizado el mismo. La velocidad de la onda de pulso retornó a los valores habituales 24 h después del ejercicio. Los resultados mostraron que, aunque el ejercicio provoca un descenso de la velocidad de la onda de pulso 30 min después del ejercicio, los valores se recuperan a las 24 h.
Igual que ocurre con los efectos del ejercicio sobre la presión arterial, que lleva a la recomendación de ejercicio diario en pacientes hipertensos o prehipertensos, los efectos agudos del ejercicio sobre la rigidez arterial también aconsejan la realización de ejercicio diario para lograr efectos beneficiosos. Lo cierto es que, si agrupamos todas las recomendaciones de ejercicio en relación con la salud, deberíamos hacer ejercicio todos los días de manera ideal, combinando modalidades, duración y horarios de realización.