La hipertensión esencial representa el 95% de todos los casos de hipertensión y no tiene una causa identificable, considerándose un factor de riesgo primario que provoca varios tipos de complicaciones, incluyendo enfermedad cardio-cerebrovascular, enfermedad vascular periférica y / o enfermedad renal. El ejercicio aeróbico reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y controla la presión arterial (PA), por lo que es activamente recomendado.
Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Lee SH, Chae YR, 2020; J Korean Acad Nurs 50(6):740-756; doi: 10.4040/jkan.20169) cuyo objetivo fue evaluar los efectos del ejercicio aeróbico con distintas características sobre la PA.
Se incluyeron en el análisis 37 estudios con 1813 participantes.
Los resultados mostraron que el ejercicio aeróbico redujo significativamente la presión arterial sistólica (- 8.29 mmHg) y diastólica (- 5.19 mmHg), así como la frecuencia cardiaca de reposo (- 4.22 bpm). La presión arterial sistólica y diastólica disminuyó en todos los grupos (tipo, frecuencia y duración) de ejercicio aeróbico. La presión arterial sistólica y diastólica disminuyó con el ejercicio de intensidad moderada y vigorosa. Las características del ejercicio que más impacto tuvo en la reducción de la presión arterial sistólica fue el realizado en agua, de intensidad moderada, 3 sesiones a la semana y por un periodo de 8 a 11 semanas de duración. Para la presión arterial diastólica los efectos fueron mayores con intervenciones de más de 24 semanas.
Los autores concluyeron que el ejercicio aeróbico de intensidad moderada, especialmente el desarrollado en agua, puede ser un factor importante en la modificación de estilo de vida en pacientes hipertensos. Hay poca evidencia de que la baja intensidad de ejercicio aeróbico sea eficaz para disminuir significativamente la presión arterial.